miércoles, 5 de septiembre de 2007

Fábula de un sabio árbol y una vulgar víbora

Una víbora (o serpiente) tan tractiva como una mariposa, reposa en las ramas de un árbol (éste puede ser encina, abeto o ciprés), que, como todo árbol, morirá de pie y padecerá mucho más de cien años de soledad. La reptil, soberbia y ligera, está dispuesta a todo, ya lo sabemos, y recordemos que, sigilosa y venenosa, somete a aquél tronco, y a otros, a tenerle miedo, un miedo que, vale decir, es bastante inocente. Sin un objetivo preciso ella serpentea, o vuela, no se sabe, no se ve, pues, es de fácil comprender que ésta no está allí buscando compañía, no sabe vivir en comunidad.
Roguemos que no sea una serpiente que viene a repetir su eterna y cotidiana actividad.