miércoles, 17 de junio de 2009

NO SOY NADIE PARA...

Sinceramente no soy nadie para escribir sobre esto, pero lo hago con respeto desde un punto de vista ajeno. Sincero y sencillo, perdonenme pero no quiero arruinar este momento, así que en mí no apaguen sus cigarrillos.


Las tortugas respiran lento
por eso viven tantos años
pero nunca llegan a ningún lado.
Peña vivió apurado,
sabía que La Parca lo tenía atado
Ni bien pudo, se lo llevó alzado.

Para que no tengan celos
los cineastas también
tuvieron su duelo.
Alejandro Doria, ahora
está en el cielo.

Es inentendible como un día cualquiera, de la nada, porque sí, el destino, Dios, la vida, lo que sea, se llevan las personalidades que viven haciéndonos bien. Aportándonos arte.
Nada para lamentarte. Todo se da así, dos artistas se mueren, 4 nacen, ninguno de ellos reluce, pero en sus círculos cerrados van tejiendo lo que tienen a su alcance.
Sería inútil vanagloriarse pensando que éramos fans de ellos, cuando solamente nos reímos con la película que explotó como quiso el grotesco, o las apariciones de este otro loco que nunca dejaba de sorprender. Alucinaba esa personalidad formada, fuerte: Lo amás o lo odiás. Si ahora nos viera llorar probablemente nos putearía desde el cielo, o más bien, nos consolaría: Mirá pendejo, yo no era viejo, pero había vivido, disfrutando aún de lo que había sufrido.
De Doria no puedo decir nada, no lo conocí, pero si compré la edición de los 20 años de Esperando la carroza, tal vez la única película no pirateada, realmente original.

(Plagiando un poco a Woody Allen). Artistas memorables se fueron: Peña murió de cáncer, Doria de neumonía, y a mí me está doliendo un poco el pecho...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero la puta que te parió Nicolás (cumplí con la puteada, aunque no hay por que hacerlo) vos ya naciste en esto, y no caben dudas que estás creciendo.
Muy bueno. te quiero
est

antonelana dijo...

:)

Y seguramente ahora esta faceta tuya se vuelva un monstruo, y no como algo deforme, sino que monstruo de enormidad. De cosas grandes, así como los rascacielos que poblaron New York cuando no era mas que una isla con corte militar. Bien, esto es muy bueno Nicolás, ojalá que el superdesarrollo te dé hasta que tu gigantitis sobrepase todos los límites existentes.

Anónimo dijo...

dios santo!

Elrinoceronte dijo...

Quién escribió "dios santo!"?

Se tomaron muy en serio lo de anónimo...